- Primeramente, preparar la masa de la tarta. Para ello, derretir la manteca sin sal (se puede hacer en el microondas o en el fuego al baño María). Luego batirla con una batidora, varillas eléctricas o manuales, como resulte más cómodo, y sin dejar de batir incorporar poco a poco el azúcar.
- Después, agregar el huevo y seguir mezclando. Una vez integrado, es el momento de añadir la harina leudante poco a poco. Como ingrediente opcional, se puede incorporar la ralladura de medio limón o dos cucharaditas de esencia de vainilla. Conforme se integre la harina, se podrá comprobar que llegará un punto en el que se debe amasar a mano.
- El resultado será una masa quebrada. Colocarla en un molde apto para horno y hornear durante 15 minutos a 170ºC (Siempre es recomendable precalentar el horno 20 minutos antes). Es importante vigilar la masa, porque no debe llegar a dorarse.
- Mientras se hornea, se puede ir prepararando el relleno. Colocar la crema pastelera o si se prefiere chantilly. Luego, cortar las frutillas en cuartos, larvalas bien y espolvorear sobre ellas el azúcar (dejarlas reposar durante 10 minutos para que absorban el azúcar y se derrita).
- Una vez que las frutillas hayan absorbido el azúcar, es momento de acomodarlas sobre la crema pastelera o el chantilly. En un recipiente aparte, calentar una taza de agua y cuando esté caliente, añadir la gelatina en polvo. Para intensificar el sabor, se puede utilizar gelatina con sabor. Dejarla reposar durante 5 minutos para que se hidrate, luego incorporarla a la mezcla del relleno e integrarla. (Recordar que se debe vigilar la masa quebrada y retirarla del horno pasados los 15 minutos para que se enfríe).
- Al terminar el relleno, verterlo dentro del molde donde se colocó la masa quebrada y reservar en la heladera para que endurezca. Cuando el relleno empiece a cuajar, se puede colocar a modo de decoración frutillas sobre él y coco rallado en los bordes o crema chantilly.